lunes, 26 de mayo de 2008

El Estigma - El temor a abrir un dialogo no anonimo sobre las enfermedades de la mente.

Acabo de leer varias respuestas en un sitio de internet sobre como reaccionan las personas ante un enfermo mental, miren que no estoy hablando de esquizofrenia, que es aceptada como debe de ser por aquellos que se informan y se interesan por el enfermo. Estoy hablando de Depresion.



El articulo decia que las mujeres deprimidas tienden a tener mas sexo casual que aquellas que no lo estan, tema discutible por cierto. Bien el articulo es muy breve, pero genero mas de 147 respuestas en su mayoria de hombres diciendo que buscarian entonces a estas mujeres por que seria facil llevarselas a la cama, otros recomendaban que ni se les acerquen por que de seguro les embarcarian en sus desvelos depresivos y que una encamada no justifica el soportar a alguien en ese estado, mas adelante puede que ponga el link, no lo hago aun por que no se si es correcto, aunque por que no lo seria?



Pues bien, no importan que estemos en el siglo XXI aun seguimos sin saber mucho sobre la mente humana. Es mas cuando ella falla, cuando tenemos a un ser querido enfermo de depresion, ansiedad cronica, fobias, ataques de panico, o mas aun aquellos que sufren de trastorno bipolar, nos encontramos con la cruda realidad que nos lleva a ver como sigue presente en la gran mayoria de las personas el estigma asignado a los enfermos mentales.

Seguire mas adelante ....

domingo, 25 de mayo de 2008

El hombre que venció la Depresión:



Despertó una mañana aterrorizado, al parecer, algo, alguien lo había dejado flotando en medio del océano durante su sueño.

Comenzó a moverse con desespero para evitar morir ahogado. El agua helada acribillaba todo su cuerpo, como pequeñas agujas que lo sometían a un inmenso dolor.

La desesperación lo tomó entre sus brazos y comenzó a nadar, esperando encontrar tierra firme en donde postrar su agotada humanidad.

La marea lo arrastraba y sus músculos, poco a poco, se debilitaban.

El sol, se aburrió de verlo sufrir y lo abandono en una cruel oscuridad. Agotado, asustado, comprendió que el deseo de morir ganaba fuerzas con el pasar de los minutos.

Sus piernas se detuvieron por completo y el agua comenzó a hacerlo su prisionero. Simplemente se dejó caer, sin saber que varios metros por debajo de las frías aguas del océano, se encontraría con tierra y que de alguna forma, su cuerpo había mutado y le permitía respirar bajo el agua. Desde ese momento comprendió que el miedo sufrido minutos atrás, solo se trataba de una barrera que debía superar.

Su vida continuó, pero no volvió a ser el mismo. El agua descendió por debajo de sus tobillos, pero a él no le importó, por que sabía que pronto volvería a subir, solo que esta vez podría seguir respirando sin problema.

A partir de entonces, despierta cada mañana apreciando su vida un poco más y sabiendo que el océano no lo mata, lo que verdaderamente lo mata es el miedo.



Alberto Germán Cuello